Lamentablemente, las
estadísticas demuestran que el maltrato de menores es un problema real en
nuestra sociedad. Cada año aumentan los casos. Se
estima que por cada caso reportado hay tres sin reportar.
El historial de
maltrato en los niños se asocia directamente
con serios problemas emocionales. El autor Knutson (1995) concluyó que los niños maltratados presentan situaciones
como: problemas de conducta,
hiperactividad, problemas de atención, ansiedad, agresividad, conducta
auto-mutiladora. Otros indicadores de que
un niño maltratado pudieran ser un auto-concepto negativo, baja autoestima y
sentimientos de vergüenza, desesperación, inferioridad, tristeza, humillación,
auto culpa, odio hacia sí mismo.
Inclusive, varios estudios van mas allá al
afirmar que el maltrato de menores deja huellas permanentes en el cerebro. Debido a que el cerebro de los niños está aún
en desarrollo, se ve afectado por las experiencias traumáticas ya que
constantemente tiene que acomodarse en respuesta a la intensidad y naturaleza
de los estímulos de maltrato y queda
marcado permanentemente por emociones poderosas como frustración, ira,
desesperación, dolor. [1]
Los (as)
menores que sufren maltrato antes de los 12 años de edad tienen un 25% más de
probabilidad, en comparación con menores no maltratados (as), de mostrar
problemas de comportamiento durante su adolescencia como: delincuencia, uso de
drogas, embarazos, deserción escolar, problemas de salud mental, entre
otros. El ser maltratado (a) aumenta las
probabilidades de involucrarse en problemas con la justicia en una proporción
de dos a uno en comparación con menores
que no han sido víctimas de maltrato, Widom (1996).
Problemas académicos
Los niños que sufren maltrato por lo general presentan problemas de
conducta en la escuela, bajo aprovechamiento académico, baja autoestima,
problemas de aprendizaje, síntomas sicosomáticos (enfermedades físicas con
causas psicológicas), impulsividad, agresividad y estados depresivos con mayor
frecuencia que otros niños. Tienen dificultades para seguir instrucciones,
concentrarse o para memorizar. Estos
niños también tienen problemas al seguir instrucciones y son menos cooperadores
en el salón de clases. Como si fuera
poco, los problemas emocionales ocasionados por el maltrato de menores están
estrechamente ligados a la deserción escolar. Ya para 1965 Nicholas Long
analizó en su libro titulado “Conflicto en el salón” que el llamado problema de
los desertores escolares puede muy bien ser el resultado de un proceso
indirecto donde el mismo sistema educativo los ha ‘ido sacando poco a poco de
la escuela’ porque durante su paso por la escuela no se atendieron ni se les
proveyeron las oportunidades de aprendizaje adecuadas para sus trastornos
emocionales.
Lecturas:
Referencias:
Long,
Nicholas (1965). Conflict in the classroom: the education of emotionally
disturbed children.
Gunter,
Philip (2002) Classroom factors linked with academic gains among students with
emotional and behavioral problems. Preventing School Failure, Spring 2002.
Sexton
, Elizabeth A study of Risk Factors on the Developmental Trajectory of
Maltreated Children” Tesis para el grado
de Doctor en Educación 1998
[1] Sexton , Elizabeth A study of Risk Factors on
the Developmental Trajectory of Maltreated Children” 1998
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